Muy malo: es una construcción viejísima sin mantenimiento, con nidos de avispas en las ventanas y con tomacorrientes inútiles por estar confundidos con las barrederas. Una noche sin luz, sin ventilador, sin mallas en las ventanas, fuimos presas fáciles de los zancudos, no pudimos dormir. Y para rematar, el restaurant no tenía café suficiente y nos sirvieron leche pura en le desayuno, con un desparpajo más grande que su codicia. Un hotel que no debería existir para evitar la estafa.